Un día entre paraguas Victor y Natalia se despidieron, Victor se fue de su lado, se fue sin ninguna explicación en realidad, simplemente la dejó allí: bajo la lluvia, empapándose y dejando que las lágrimas de Natalia se confundieran con las gotas de agua; ella cada día se levantaba pensando en él, sabiendo que ese día no estaría con ella, llorando al principio en cada instante, pero poco a poco logró salir de ese agujero sin fondo, dejó de verlo todo negro y volvió a su vida de antes, estaba todo como si él no se hubiera ido.
Después de meses sin saber nada de él, una tarde se tropezaron sin querer, cruzaron sus miradas y sintieron algo, no había desaparecido todo, los ojos de Natalia ya no brillaban como antes, los Victor notaron como a pesar de dolor también había algo mucho más bonito en los ojos de ella; pero a veces es mejor dejar esas ocasiones pasar, puedes encontrarte una vez en la vida con alguien, dos ya es dificil, pero si pasan de dos hay algo que te llama a reunirte con esa persona irremediablemente.
Por eso cuando semanas más tarde se encontraron vieron que podía intentarlo de nuevo, podían empezar de cero, podía intentar olvidar todo...
Victor comprendió que la quería, que no quería olvidarla, que ella, incluso con sus imperfecciones, era perfecta y que podía salir bien esta vez, sólo tenía que hacer que ella olvidara todos esos días vacíos y hacer que en adelante no llorase más, haría que se levantase cada día a su lado y que no volviera a pensar que él no iba a estar con ella, que simplemente tenían que arriegarse a la posibilidad de sufrir otra vez y a la posibilidad de que eso no acabara.
Sandra de la Torre
Como ya sabes, me encanta todo lo que escribes :)
ResponderEliminarMerche.